Hemos llegado por fin a Iguazú. Creo que nos ha mirado un tuerto...!! pero no van a poder con nosotros, con un segoviano que es como un roble y una canaria que tiene una paciencia como un santo, hacemos la combinación perfecta para soportar lo mucho que estamos aguantando.

LLegamos a Iguazú en el último de los tres vuelos del día 11, porque en los tres vuelos del día 10, no pudimos subir. Había una tormenta tropical tremenda sobre Iguazú que limitó a los aviones en pes, así que despues de pasarnos desde las 6.30 de la mañana, hasta las 20.00 de la tarde en el aeropuerto, decidimos intentarlo al día siguiente. Y es que esto de ir con billete free sujetos a espacio es lo que tiene...cuanto más pagas pues más derechos...y viceversa claro.

Al día siguiente, 12 de noviembre, pintó casi igual. La tormenta seguía muy activa, así que nos volvimos a quedar tirados en los dos primeros vuelos. Por fin.....en el último vuelo, después de quedarnos en tierra por quinta vez, la tormenta amaina y la limitación de peso pasa a mejor vida y nos permite acceder al avión...por fin....a quien le damos las gracias a la Virgen de Loreto o a Santa Barbara......

 

El parque nacional de las cataratas de Iguazú, es una de las cosas que no se debe perder uno en la vida. Es sobrecogedor, y si además, es temporada de lluvias en Brasil, como ocurre en este momento, el caudal de la catarata es escalofriante.

Nosotros nos alojamos en el pueblo de Iguazú. Allí lo más comodo para llegar dede el aeropuerto es contratar un minibus compartido que te dejará en el hotel donde te hospedas por 15 Pesos/persona. En este pueblo encontrarás innumerables hoteles, unos de Lujo, como el Sheraton que esta en el mismo parque y otros algo más modestos en el pueblo. Mi consejo...que busqueis un buen Hostel. Hay decenas, muy bien puestos y bastante limpios. Por 100-150 pesos por noche en habitación doble con desayuno.

Para llegar al parque, dispones de taxis a 80 pesos, microbuses o el autobus urbano que por 5 pesos/persona, con una frecuencia de 30 minutos, te deja en la misma puerta del parque. Allí te cobrarán 60 pesos por entrar, si repites el segundo día te hacen un 50%, tienes derecho al trenecito y a la barquita que te acerca a la isla de San Martín. En nuestro caso no fue posible por la cantidad de agua que había, pero a cambio subimos en una zodiac que nos acercó hasta la misma catarata. Fué de los más divertido.

El parque esta muy bien señalizado, y preparado para el turismo. Si madrugas y estás a primera hora, te dará tiempo a hacer todo el circuito, a paso militar claro..!

La garganta del diablo debes de dejarlo para lo último, pues es lo más espectacular, es como la guinda del gran pastel. Si no te gusta mojarte es mejor que no te olvides de un poncho, porque sales empapado.

Hay también visitas organizadas....carísimas....esta el parque suficientemente bien preparado como para ir uno por si solito. También hay numerosos sitios donde comer y beber a un precio razonable, no merece mucho la pena cargar todo el día con una pesada mochila con comida, cuando tienes buffets por 5€.

El pueblo de Iguazú es muy pintoresco, aunque tiene poco que ver en concreto. Es un pueblo bullicioso, con numerosos restaurantes donde se come una carne aceptable a buen precio. También hay cafés con música en vivo, casino....y lo más interesante es el hito fronterizo, desde donde se divisa Brasil, Paraguay y claro está, Argentina. La línea divisoria es el río Paraná con su afluente el Iguazú. Al fondo podrás ver Ciudad del Este, paraíso de las compras.