El fotógrafo que se adelantaba a la muerte


Arthur H. Fellig, alias «Weegee», llegaba antes que nadie a la escena del crimen. Asesinatos, incendios, atracos o tumultos fueron retratados magistralmente por su cámara. Hoy sus fotografías siguen estremeciendo

Tenía un don para estar en el lugar y momento adecuados. Incluso había quien aseguraba que se anticipaba a la muerte. Allí donde se producía un asesinato o una atroz muerte, aparecía con su cámara como por arte de magia. Tanto que lo llamaron Weegee como una interpretación fonética de Weegee «ouija». Se comunicaba con los muertos, o lo parecía. Atento a la radio de la policía, lograba ser el primero en llegar a las escenas del crimen.

En realidad Arthur H. Fellig, un fotógrafo y reportero gráfico ucraniano, había emigrado a Nueva York con su familia en 1909. Sus famosas imágenes en blanco y negro, durísimas y desoladoras, de accidentes de tráfico, tiroteos o aquellas otras que captaba sin artificios la pobreza o la marginación se contraponían a muchas otras en las que retrataba el ambiente de la alta sociedad de la ciudad. No había recibido formación alguna. Era un fotógrafo autodidacta que se movía por puro instinto.

También realizó cortometrajes en 16 mm en el año 1941 y trabajó en Hollywood como actor y asesor desde 1946 hasta los primeros años de la década de los sesenta. Falleció el 26 de diciembre de 1968 tras complicaciones vinculadas a un tumor cerebral.