¡Se acercan
los carnavales! Desde Coincidencias
trastornadas no queremos dejar pasar la ocasión de recomendar a
aquellos que aún no se han decantado por un diseño en particular -y que no están
dispuestos a continuar la falta de imaginación que padecen l@s diablill@s,
vampir@s y demás fauna que pulula las calles por estas fechas-, una original
elección la mar de especial: el disfraz de efecto Doppler. Hasta la mismísima Lady GaGa ha caído rendida a sus pies.
Pero… ¿de qué trata exactamente ese efecto
Doppler?, se preguntarán algunos. Sigan leyendo si quieren despejar la duda
de una vez por todas.
Pues el
efecto Doppler es… un chisme que… estoooo… a grandes rasgos (que aquí somos
todos de letras) se refiere al cambio de frecuencia de una onda sonora
producido por el movimiento de la fuente del sonido con respecto al que lo
escucha (¡Mil gracias una vez más, Wikipedia!).
Buen ejemplo práctico es el paso de una ambulancia o el de un
coche de policía con la sirena a toda caña. ¿A que todos hemos sufrido ese
efecto en nuestros tiernos oídos? Pues los que lo desconocían ya pueden ponerle
nombre, que se debe, como se puede suponer, al teórico, austriaco
él, que formuló la idea por primera vez.
La razón
principal de la popularización de esta teoría entre las masas menos ilustradas
(comme nous, mes frères) se debe a la teleserie “Big Bang”, que ha supuesto una
de las sorpresas más agradables que nos ha deparado en los últimos tiempos ese
género tan sobado él que responde al blending
de sitcom. Su gran hito ha sido el de convertir en protagonista al personaje tipo
que hasta ahora siempre tenía como labor la de ser un triste secundario: el friki (geek o nerd son otros sinónimos
más internacionales, for your consideration). Sheldon Cooper, el más raro de sus protagonistas, es la
quintaesencia del frikismo, hasta tal punto que en algunos capítulos de la
serie se ha apuntado la idea de si realmente no se trata de un ente extraterrestre
cuya familia dejó olvidado en el planeta Tierra. Algo así como una versión de
E.T. más resabida y mucho menos conmovedora, por no decir abiertamente
desagradable alcanzando límites extraordinariamente inaguantables.
Como
decíamos unas líneas más atrás, la serie nos cuenta en cada capítulo, cual madre de Forrest
Gump (“de manera que lo podamos entender”) teorías científicas de lo más
complejas. Una de ellas es este ahora archiconocido efecto
Doppler, en cuyo capítulo Sheldon aparecía disfrazado del mismo (no pensar, mentes no avisadas, que se trata de un código de barras).
Parece ser
que la reina de la extravagancia pop, la gran Germanotta, muy dada ella
al vestuario insólito, tomó buena nota del doctor Cooper, y no pensó en mejor
manera de acompañar a Mick Jagger en el escenario el pasado mes de diciembre que ir vestida de efecto
Doppler y aullar juntos el inmortal "Gimme Shelter". Un momentazo así merecía un uniforme como ese. Animamos desde
aquí a nuestros lectores a apuntarse a la moda del Doppler. ¡Se impone, amantes
de lo más in, se impone!
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